Para comenzar a hablar de este tema es conveniente recordar que vivimos en una época donde el saber y el poder, conforman una estrecha relación de amplias implicaciones, como en la magnitud del desarrollo científico moderno que nos rodea, acompañado de innovaciones tecnológicas a una escala mucho mayor que tiempos antiguos. Lo anterior hace imposible trazar líneas divisorias, entre la producción científica y las innovaciones tecnológicas.
En ese sentido, la tecnociencia aparece como causa y efecto multiplicador de nuevos conocimientos, que va moldeando la sociedad y logra impactar sus demandas sociales. El conocimiento implica a su vez una construcción socio cultural, revestido de características particulares, donde destacan las circunstancias por la ruptura ética y legal en el manejo del poderío tecno científico, en medio de una globalización ampliamente recolonizarte, así como de la más compleja e inmoral de las conexiones entre dominación, exterminio masivo y el desarrollo tecnológico.
Tenemos una sociedad desinformada con un bajo nivel de formación científica la cual no está capacitada para realizar un ejercicio democrático en tal sentido, por ello es necesario entonces fortalecer nuestra educación en CTSI (Consultores en Tecnología y Servicios Informáticos) y con ella la alfabetización científica y tecnológica, que tanta falta hace en las sociedades caracterizadas por los mas altos índices de marginalidad, indiferencia y falta de compromiso frente a si misma. En otras palabras, el estímulo a la divulgación científica, a través de una dinámica formadora-informadora es de carácter urgente, porque la participación pública, implica que la comunidad juzgue y valore, para lo cual debe estar tan informado como formado.
De ahí que la participación pública sea política o no, es tema de otro debate, pero debe quedar claro que al final de todo el camino, lo que se espera es precisamente una decisión política, sobre el modelo de desarrollo de la ciencia y la tecnología, en el cual se necesita tener una capacidad de poder relacionar las innovaciones tecnológicas, la economía y la sociedad mexica pero para esto depende en gran medida de la capacidad que tengamos para hacer aportaciones realmente significativas para la solución de nuestra problemática específica. Ante todo se trata de un conocimiento enfocado hacia la construcción de una nueva sociedad en donde la ciencia y la tecnología sean factores de paz y desarrollo sostenido.
Nuestra sociedad se ha marginado por la innovación en primer orden de carácter sociocultural, el cual manipula la mentalidad de la sociedad a lo cual se le puede agregar la competitividad económica y el desarrollo de la competitividad social como mayor obstáculo para el crecimiento de nuestra sociedad. La innovación, es la creación o modificación de un producto, y su introducción en un mercado. Un aspecto esencial de la innovación es su aplicación exitosa de forma comercial. No sólo hay que inventar algo, sino, por ejemplo, hay que introducirlo y difundirlo en el mercado para que la gente pueda disfrutar de ello.
En las palabras de Eudald Domenech: «La innovación por la innovación no sirve para nada. Innovar es crear productos que hagan la vida más fácil. Para esto la innovación exige una conciencia y un equilibrio para transportar las ideas, del campo imaginario o ficticio, al campo de las realizaciones e implementaciones. Innovar proviene del latín innovare, que significa acto o efecto de innovar, tornarse nuevo o renovar, introducir una novedad. Al reflexionar sobre esto es oportuno hacerse esta pregunta: ¿cuál es el fin perseguido por el hombre al crear objetos o productos destinados a su propia aniquilación?
En realidad, esto constituye un verdadero acertijo, digno de investigar y resolver, es por esta razón que entre la década de 1970 y 1980, el número de resultados negativos ha aumentado y sus problemas han alcanzado una gran difusión pública. Los observadores han señalado, entre otros peligros, que los tubos de escape de los automóviles estaban contaminando la atmósfera, que los recursos mundiales se estaban usando por encima de sus posibilidades, que pesticidas como el DDT (diclorodifeniltricloroetano) amenazaban la cadena alimenticia, y que los residuos minerales de una gran variedad de recursos industriales estaban contaminando las reservas de agua subterránea.
En las últimas décadas, se ah argumentado que el medio ambiente ha sido tan dañado por los procesos tecnológicos que uno de los mayores desafíos de la sociedad moderna es la búsqueda de lugares para almacenar la gran cantidad de residuos que se producen a diario en las grandes fabricas, pero eso no es todo pues los problemas han sido originados por la tecnología como consecuencia de la incapacidad de predecir o valorar las posibles consecuencias negativas.
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