El video es una tecnología utilizada para capturar, grabar, procesar, transmitir y reproducir una secuencia de imágenes representativas de una escena que se encuentra en movimiento. El término, que proviene del latín “ver”, actualmente está asociado a distintos formatos de almacenamiento.
Los comienzos del video están relacionados con el intento de cubrir las necesidades que tenía la televisión. En efecto, las primeras trasmisiones televisivas se realizaban en vivo y con la posibilidad de grabarlas se facilitaba sobremanera el trabajo de programación; en este sentido, los juegos olímpicos de Tokio en el año 1964 fueron el primer caso en que se realiza una transmisión en diferido.
Ya a finales de los años setenta se consolida definitivamente como una tecnología independiente de la televisión. El video se ha difundido rápidamente en todo el mundo gracias a su facilidad de manejo y a que sus costos de producción son relativamente menor que los del cine o la televisión. Actualmente ha sustituido a la cámara fotográfica en algunos hogares: es protagonista de programas de concurso, testigo de incidentes chuscos o espeluznantes, arma de denuncia política o instrumento del investigador.
Posteriormente al cine y a la TV. El video apareció como auxiliar de esta, la libero de la transmisión en vivo y le permitió un trabajo más reposado y de mayor calidad. En cuanto a su impacto, el video es de circulación diseminada, casera en circuitos cerrados o través de los videoclubes, cuyo alcance masivo es paulatino. Permite una mayor interacción, ya que puede detenerse, adelantarse, se puede congelar la imagen, pasar cuadro por cuadro o segmentario, entre otras funciones.
Entre otras ventajas, estas son algunas de las que convierten al video en un eficaz instrumento didáctico. Como medio audiovisual. El video presenta sus mensajes mediante la articulación de imágenes fijas o en movimiento, y sonidos. La gran variedad de material visual que aprovecha el video (fotografía, ilustraciones, animaciones por computadora, dibujos animados, Gráficos, esquemas) es complementada por el elemento sonoro: voces, palabras, música, efectos, ambientaciones y silencios.
La articulación creativa de elementos icónicos y sonoros determina la calidad de un material. La calidad no reside en ser audiovisualmente, sino en saber expresarse audiovisualmente. El realizador ruso Sergei M. Eisenstein decía que "el cine opera de la imagen a la emoción y de la emoción a la idea... Inspirándose en éste.... el realizador de la televisión francesa Claude Santilli decía que el lenguaje audiovisual es aquel que comunica las ideas a través de las emociones.
Expresarse audiovisualmente significaría, pues, comunicar las intenciones en el acto mismo de suscitar emociones. Nuestra postura no es la de ponderar un medio sobre otro, pero sí reconocer que cada medio tiene una forma de expresión particular que debemos aprender. En el video las imágenes deben hablar por sí mismas: la palabra sólo subraya lo que vemos; el discurso lingüístico es rebasado por lo visual.
También es importante reconocer que al video no podemos pedirle la extensión ni la profundidad con la que un libro aborda los conceptos. Como ya se menciono, el video construye su discurso mediante el uso de los géneros y recursos expresivos que recupera del cine, la TV y la informática. Existen diversas clasificaciones de géneros, pero la más difundida considera básicamente dos. El de ficción y el documental.
La utilización de diversos medios y recursos tecnológicos en el ámbito educativo proporcionan una nueva perspectiva y metodología para llevar a la práctica actividades innovadoras en el aula. Teniendo en cuenta entre los diversos recursos que se disponen, el video es un medio tecnológico que, por sus posibilidades expresivas, puede alcanzar un alto grado de motivación, lo que hace de él una herramienta de aprendizaje valiosa para el alumno.
Su empleo puede ser enfocado desde distintos contextos: como complemento curricular, aprendizaje autónomo, capacitación laboral, educación a distancia y de divulgación en general. Dentro de estas situaciones de aprendizaje, la posibilidad de interaccionar sobre el medio se convierte en una estrategia de uso más, que proporciona al alumno o al profesor la posibilidad de detener la imagen, de retroceder y, en definitiva, adecuar el ritmo de visualización a las dificultades de comprensión o retención que tenga y a la tipología propia del audiovisual. De esta manera, se abre un gran abanico de posibilidades de estrategias didácticas que se puedan ofrecer en la clase.
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